Leila volvía a casa del trabajo cuando olvidó por completo la salida de la autopista. Estaba tan frustrada que se detuvo para ver adónde ir.
Fue entonces cuando lo vio: un pequeño gatito blanco y negro, corriendo por la transitada calle. Parecía muerto de miedo, agotado, y de repente se congeló justo al lado de su coche.
Leila cogió una toalla del asiento trasero y se acercó de puntillas. Pero en cuanto el motor del coche hizo un pequeño ruido, el gatito entró en pánico y se escabulló debajo del coche. Un desconocido se detuvo para ayudarla; lo intentaron todo durante una hora, pero no pudieron sacarla. Sin embargo, Leila se negó a irse. Sabía que esa cosita seguía ahí abajo.

Volvió a su coche y condujo despacio por la carretera, con las ventanillas bajadas al máximo, escuchando atentamente. Dos horas después, ¡oyó un pequeño maullido proveniente del espacio para los pies del copiloto! Frenó rápidamente, se agachó y allí estaba: el gatito, acurrucado en la parte trasera de la alfombra. Lo levantó con cuidado y ni siquiera se retorció, simplemente se aferró a ella.
De vuelta en casa, Leila le dio un baño caliente al pequeño tembloroso (tuvo más cuidado, porque era tan pequeño) y lo mantuvo agarrado hasta que se calmó. Dejó de temblar después de unos minutos, e incluso le rozó la mano con el hocico.
De Asustado a Seguro
Pasaron las semanas, y ese tímido gatito se convirtió en una bola de energía: juguetón, ruidoso y ¡a menudo pisoteado! Leila lo llevó al veterinario para revisiones, le dio comida para gatitos y jugaba con él todas las noches después del trabajo. En poco tiempo, se fortaleció y comenzó a actuar como si fuera el dueño del lugar: seguro, ya no asustado en absoluto.
Leila habló con sus amigos amantes de los gatos, y una familia se enamoró perdidamente del gatito en cuanto lo conocieron. Lo adoptaron enseguida. ¿Y ahora? Ese gatito vive su vida maravillosa: se acabó correr por la carretera, solo sofás cómodos para dormir la siesta y una familia que lo mima.

5 Consejos Sencillos si Encuentras un Gatito Callejero
Seguridad ante todo: Siempre usa un transportín cuando lo lleves a casa, especialmente si lo encontraste en la carretera. ¡No lleves gatitos sueltos en el coche!
Veterinario rápido: Llévalo al veterinario en uno o dos días. Necesitan pruebas de virus, infecciones y sus primeras vacunas.
Espacio tranquilo: Acondiciona una habitación pequeña (como un baño) con comida, agua y una cama suave. Menos ruido y caos les ayuda a adaptarse.
Ve despacio: Si se esconden, ¡déjalos! No los presiones para que salgan. Usa juguetes o golosinas pequeñas para generar confianza; ve a su ritmo.
Encuentra adoptantes: Publica información sobre ellos en redes sociales o pide ayuda a refugios cercanos. Siempre hay amantes de los gatos que buscan un nuevo compañero.
